Las Minas de Plata de PotosÃ
No hay duda de que Cerro Rico de Potosà Bolivia tiene una historia asombrosa.
Todo comienza cuando descubren que Sumaj Orko "cerro hermoso" en quechua era un cerro lleno de plata, haciéndose famoso en la época colonial española por poseer las vetas de plata más importantes del mundo, siendo considerado como la fuente de plata más rica de la historia de la humanidad.
De esta mina salió el 80% de toda la plata del mundo, la cual incrementó la riqueza de todo el planeta. Esta riqueza produjo la construcción de nuevas ciudades e imperios y sirvió para financiar grandes obras.
Hoy en dÃa, a casi 500 años de su máximo esplendor continua activo, si bien la plata es escasa, se sigue explotando principalmente por zinc.
El viaje al corazón de las minas
Estábamos en Bolivia hace más de una semana y al llegar a Potosà nos reciben los gritos de las insistentes señoras del terminal de buses de la ciudad "PotosÃ... Potosiiiiiiiii".
Era febrero del año 2014, Nos recibÃa el invierno boliviano con una lluvia a cántaros que logró traspasar nuestras mochilas llegando a estropear una de nuestras cámaras fotográficas.
En aquél entonces no era fácil el acceso a internet, por lo que datos de lugares de interés para visitar eran prácticamente de boca en boca, asà fue como nos enteramos de este tour, sin saber mucho de qué trataba pero que años más tarde recordarÃamos con gran entusiasmo.
Al otro dÃa de contratar el tour a esta mina, nos recogieron en el hostal y desde allà nos llevaron hasta la entrada de la mina a través de unos empinados y serpenteantes caminos.
En la entrada habÃa un pequeño mercado de los mineros donde podÃamos comprar vÃveres de primera necesidad: hojas de coca, alcohol de 96° "apto para consumo humano", cigarros, cervezas, lejÃa y otras cosas.
Nos aconsejaron que era sabio llevar una ofrenda a “El TÃo” y a los mineros que estaban trabajando. El TÃo es una deidad de la cultura y tradición en Bolivia, es considerado como el dios del inframundo en la mina.
Antes de entrar a la mina propiamente tal, nos proporcionaron overoles, botas, cascos con linternas y un morralito de género para poner nuestras pertenencias, toda la indumentaria era de suma importancia y de no tomar a la ligera si querÃamos salir sanos y salvos.
Mientras avanzábamos hacia el interior todo cambiaba, un mundo desconocido se abrÃa paso ante nuestros ojos.
La primera impresión causaba algo de desconfianza e inseguridad. Algunas paredes se mostraban dispuestas a desmoronarse de un momento a otro por lo que debÃamos caminar con atención. Una vez que nuestros ojos de acostumbraron a las penumbras, pudimos observar una red de innumerables pasillos estrechos.
El recorrido avanza y nos vamos encontrando con adolescentes que trabajan allÃ, algunos de 14 o 16 años que para nada demostraban esa edad, el peso del trabajo duro les habÃa pasado la cuenta.
Nos contaron que muchos comienzan a trabajar desde los 10 años de edad, nos saludan y comparten un rato con nosotros, cuentan algunas de sus historias con la boca llena de hojas de coca, nos muestran un hoyo de 60 metros de profundidad tapado sólo con un endeble trozo de madera, donde muchos mineros habÃan perdido la vida, contándolo con total naturalidad.
Esta visita fue asombrosa en muchos aspectos, sin embargo nos deja con sentimientos encontrados, nos impactó la cruda realidad de los mineros de la mina de Cerro Rico en Potosà que dÃa a dÃa se enfrentan a un riesgoso trabajo, encomendándose al TÃo sin saber si para ellos habrá un mañana.